No hay magia en la gestión del agua

26/03/2025

No hay magia en la gestión del agua

Miles de kilómetros de redes de agua se extienden bajo nuestros municipios y ciudades, conduciendo silenciosamente un elemento vital: el agua. Esta y otras infraestructuras esenciales, como las plantas de tratamiento de agua potables, son operadas y mantenidas por el talento humano de empresas como Aqualia, comprometidas equipo de personas profesionales comprometidcono en brindardar el mejor servicio posible a la comunidadsus usuarios.

Así es el trabajo de las brigadas de búsquedas de pérdidas que tiene Aqualia desplegadas en Colombia.

Para que los colombianos puedan bañarse o cepillarse los dientes, hay personas trabajando incansablemente para que el agua, antes de llegar a sus hogares, se capte en las fuentes hídricas, pase por rigurosos procesos de potabilización en las plantas de tratamiento y luego se distribuya por miles de kilómetros de redes que no vemos, pero existen debajo de nosotros.

No es un acto de magia y ni el resultado de la casualidad que funcionen esas infraestructuras. La realidad es que existen empresas como Aqualia, operando los 365 días del año para hacer posible la gestión integral del ciclo del agua.

Sin embargo, no en todos los territorios de Colombia se puede usar la ducha, abrir la llave o realizar otras actividades esenciales con la frecuencia que quisiéramos, porque la operación depende de mucho más que d del gran esfuerzo de las empresas de acueductos.

En 2020, en el el doctorado de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana, se plantearon varias reflexiones sobre los retos y desafíos en la gestión del agua en Colombia indicando acertadamente que, aunque “el agua es percibida como un recurso necesario (…) en el país se han construido infraestructuras con poca rigurosidad técnica y con una visión cortoplacista, afectando el acceso, uso y control del recurso de manera sostenible”.

Aun así, cuando apenas amanece en esta parte del mundo y los quehaceres cotidianos ya se han entrelazado con las horas del día, en compañías como Aqualia hay cientos de personas trabajando sin parar para que el ciclo integral del agua no se detenga.

 

Los desafíos del agua potable en las regiones

Solo pensamos en el agua cuando falta, pero no cuando vemos el esfuerzo humano en las calles para que ese recurso hídrico ingrese hasta nuestras casas. En la actualidad, Aqualia administra en Colombia 3.031 kilómetros de redes de acueducto y 1.660 kilómetros de redes sanitarias, haciendo presencia en 32 municipios de los departamentos de Tolima, Cundinamarca, Santander, Norte de Santander, Guajira, Magdalena, Atlántico y Córdoba.

De los más grandes desafíos que a diario enfrenta la “compañía del agua”, como indica su slogan, es la pérdida de agua potabilizada por fraudes, usos no autorizados y fugas. Recordemos que la mayoría de esas redes existen hace 30 o 40 años y se quedaron pequeñas ante las demandas de poblaciones que no paran de crecer.

Esto ha llevado a que en cada una de las operaciones de Aqualia sean imprescindibles las brigadas de búsquedas de pérdidas, que están conformadas por operarios que recorren los miles de kilómetros de redes identificando los puntos en los que se desvía el agua, casi siempre por acción humana, afectando la continuidad y presión de los servicios.

El robo de agua potabilizada para riego de cultivos y cría de animales es de los mayores problemas. En Aqualia, las brigadas desconectan todo el tiempo a quienes se conectan ilegalmente a las redes para utilizar el agua en esas actividades, pero es imposible tener un operario por cada centímetro evitando que desde las fincas se reconecten sin cumplir el debido proceso.

Lo insólito de todo esto es que el agua que se desvía para fines agrícolas o ganaderos es el agua potable, que ha sido tratada con rigurosos estándares de calidad, pero en el camino resulta utilizada en reservorios, piscinas, criaderos, lavaderos de maquinaria agrícola, entre otros, y hasta termina contaminada por esos usuarios no formalizados.

En gran parte de los departamentos en los que hace presencia Aqualia, la gestión del ciclo integral del agua es posible porque las fuentes de captación son ríos que durante todo el año tienen los volúmenes necesarios para abastecer a los municipios.

Sin embargo, los usuarios no gozan de continuidad y presión, en parte, porque las incidencias en las tuberías son un gigante difícil de derrotar al tratarse de redes viejas, obsoletas y que permanentemente son contaminas por quienes desvían el agua y, en ocasiones, dejan a municipios enteros sin el recurso hídrico.

 

El agua: un elemento esencial que entre todos debemos defender

En las operaciones de Aqualia en Colombia se vienen liderando esfuerzos para que las pérdidas de agua se combatan en equipo. Por un lado, a través de las brigadas buscafugas y las inversiones en tecnología de macromedición, que permiten identificar a tiempo el desvío del agua. Por otro lado, haciendo alianzas con las autoridades locales para que, por ejemplo, la Policía del Agua sancione a quienes se roban el servicio, los alcaldes gestionen las inversiones que necesita la infraestructura desde hace décadas y los lideres comunales incentiven a sus vecinos a cuidar el recurso hídrico.

Lo cierto es que el agua es un elemento esencial que todos necesitamos y entre todos debemos defender porque, aunque parezca magia, el agua no llega sola hasta los hogares colombianos. Se requiere de un conjunto de esfuerzos y la dedicación de cientos de personas en empresas como Aqualia para que abrir la llave en el baño o en la cocina sea cada vez más satisfactorio para todos.